Piedad Martín-Olmedo, experta
en contaminación atmosférica
"La
contaminación atmosférica produce más de dos millones de muertes prematuras
anuales en el mundo"
- Por ALEX FERNÁNDEZ MUERZA
- 19 de octubre de 2013
Se podrían
evitar miles de muertes y millones de euros de pérdidas, si España
asumiera los niveles propuestos por la Organización Mundial de la Salud
(OMS) sobre contaminación atmosférica. Es una de las conclusiones del estudio
europeo Aphekom, que ha analizado en 25 ciudades de 12 países europeos,
entre ellas seis españolas, qué ocurriría si se adoptaran los niveles de la
OMS, más exigentes que los actuales aprobados en la Unión Europea (UE) sobre
este problema sanitario y ambiental. Una responsable del estudio, Piedad
Martín-Olmedo, profesora de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), recuerda que la contaminación atmosférica, provocada
en gran parte por el tráfico rodado, produce más de dos millones de muertes
prematuras anuales en todo el mundo. Para reducir este grave problema, además
de asumir las recomendaciones de la OMS, esta experta demanda a las
instituciones mayores medidas y más información a los ciudadanos, un aspecto
este último de especial interés en nuestro país, ya que los españoles se
consideran los ciudadanos peor informados de la UE sobre contaminación
atmosférica, según un reciente Eurobarómetro.
¿Por qué
debe preocuparnos la contaminación atmosférica?
Está
ampliamente probado que es uno de los determinantes de la salud relacionados
con el medio físico con mayor relevancia en la morbi-mortalidad. La
Organización Mundial de la Salud (OMS) cifra este impacto en más de dos
millones de defunciones prematuras al año, y los países en desarrollo son los
más desfavorecidos.
¿Dónde se
producen las emisiones contaminantes?
"Los
españoles se consideran los ciudadanos peor informados de la UE sobre
contaminación atmosférica"
En las
ciudades con una población superior a 50.000 habitantes se produce la
exposición más importante y extensa. Las emisiones contaminantes más relevantes
son el tráfico rodado (hasta en un 75%), las emisiones de calefacciones y
cocinas, actividades como la construcción y demolición y, de forma más puntual
y localizadas, emisiones de buques, actividades portuarias o de aeropuertos,
entre otras.
¿Qué efectos
perjudiciales provoca la contaminación atmosférica?
Desde
alteraciones menores o molestias, a un aumento del número de defunciones,
ingresos hospitalarios y/o visitas a urgencias, en especial por causas
respiratorias y cardiovasculares.
¿De qué
depende la gravedad de sus efectos?
De varios
elementos: dosis y tiempo de exposición o cantidad respirada, y características
antropométricas y de salud basal de la población. Sobre este último punto, los
niños presentan una vulnerabilidad especial, porque sus vías aéreas y alvéolos
están en desarrollo y sus sistemas de defensa inmaduros. Además, por regla
general, los niños pasan más tiempo en el exterior e inhalan el doble de aire
que los adultos.
Además de
los niños, ¿hay otros grupos con riesgo de sufrir los efectos más graves?
Las personas
que trabajan en el exterior, las personas con enfermedades respiratorias, como
asma o bronquitis crónica, cardiovasculares, diabetes y, en general, las
personas de edad avanzada con alguna enfermedad crónica. Asimismo, la
exposición en mujeres embarazadas puede provocar un retraso del crecimiento
fetal y un menor peso al nacer de sus bebés.
¿Alguna
emisión contaminante merece una especial atención?
Las
partículas en suspensión, el ozono y el dióxido de nitrógeno son los
contaminantes más estudiados por su potencial impacto en salud. Destacaría las
partículas en suspensión. Las denominadas PM10 o "partículas
gruesas", cuyo diámetro es inferior o igual a 10 micras, se generan en diversos
procesos mecánicos o de evaporación, como minerales locales o transportados,
aerosol marino, restos de vegetales, procesos industriales o del tráfico. Una
fuente importante en el sur de nuestro país es el polvo sahariano. Pueden
permanecer en suspensión minutos a horas y sirven para medir el impacto en
salud a corto plazo. Por su parte, las PM2,5 o "partículas finas",
cuyo diámetro es inferior o igual a 2,5 micras, se originan fundamentalmente
por actividades humanas, en especial por vehículos diésel. La OMS la recomienda
como indicador para monitorizar el impacto en salud de la contaminación a largo
plazo, por su mayor toxicidad y su más alta persistencia en suspensión (días e
incluso semanas).
"El
tráfico rodado supone un 75% de la contaminación atmosférica en las
ciudades"
Si bien las
seis ciudades españolas estudiadas cumplen la normativa europea de calidad del
aire, es necesario reducir más la contaminación y su impacto en la salud. La
disminución a corto plazo de las PM10 entre 2004 y 2006 al umbral propuesto por
la OMS (20 microgramos/m3) habría evitado en estas seis ciudades hasta 313
muertes cada año y 284 y 658 hospitalizaciones por causas cardiovasculares y
respiratorias, respectivamente. Por su parte, la reducción de las PM2,5 al
umbral propuesto por la OMS (10 microgramos/m3) habría evitado hasta 2.732
muertes, con un impacto económico de más de 4.500 millones de euros y una
ganancia de vida media entre los 13,8 y los 2,3 meses. El proyecto también ha
demostrado que vivir cerca de calles con tráfico elevado (más de 10.000
vehículos/día) en diez ciudades europeas supone entre el 10% y el 30% de las
enfermedades crónicas respiratorias (asma, EPOC, EIC), con un coste económico
anual de 300 millones de euros.
¿Cuál es la
situación de España en comparación con otros países?
Los últimos
datos del "Informe de la Evaluación
de la calidad del aire en España 2011", publicados por el Ministerio de Agricultura,
Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA), indican una reducción y mejora, con un
indicador promedio de la exposición para 2011 estimado en 14 microgramos de
PM2,5/m3. No obstante, la evidencia epidemiológica confirma que, incluso a
niveles de exposición relativamente bajos, hay un impacto significativo sobre
la mortalidad. Por ello, hay que insistir en políticas y estrategias, en su
mayoría de sectores no sanitarios, que disminuyan las emisiones.
¿Los
ciudadanos conocen los riesgos a los que están expuestos?
La población
española se declara la peor informada de Europa, según el Eurobarómetro 360,
publicado por la Comisión Europea en diciembre de 2012 sobre la opinión de los
europeos en la materia: solo el 25% asegura estar bien informado. Por ello es
importante mejorar la información a la población, en especial a los grupos más
susceptibles mencionados. En dicho informe, los europeos identifican la
reducción del uso del coche como la mejor medida individual para mejorar la
calidad del aire, y las medidas más estrictas sobre emisiones industriales y
política energética como las áreas más efectivas donde la política debería
actuar. Asimismo, un 79% de los europeos demanda una actuación más firme de las
instituciones comunitarias.
¿Por qué la
normativa de la UE no asume los niveles máximos propuestos por la OMS?
"Se
podrían evitar miles de muertes y millones de euros de pérdidas, si España
asumiera los niveles de la OMS sobre contaminación atmosférica"
La política
comunitaria precisa de la mejor evidencia científica disponible, que se obtiene
de estudios epidemiológicos, largos y costosos. Este proceso condiciona que no
siempre se actúe lo rápido que nos gustaría. No obstante, la evidencia y la
presión ciudadana han logrado que se adopten niveles cada vez más restrictivos.
En la UE, las medidas regulatorias con mejoras en los procesos de combustión en
industrias, calefacción y automóviles lograron reducir de forma drástica las
emisiones contaminantes como el SO2, plomo, y CO. Por otra parte, otras
estrategias y políticas, como el cambio en la composición de combustibles o las
mejoras de procesos industriales (Directiva IPPC), han permitido la disminución
drástica de emisiones de compuestos como el azufre o el plomo, etc. Otras
medidas, como la reducción del tráfico en zonas céntricas, requieren del
compromiso de todos (políticos, gestores y ciudadanos), y eso no siempre
sucede.
¿Qué sería
entonces necesario para que la UE adopte los estándares más exigentes de la
OMS?
Una
importante inversión para implementar nuevas políticas y medidas que disminuyan
las emisiones, muy especialmente las del tráfico rodado. También es necesario
un mayor conocimiento y concienciación de la ciudadanía, para que sepa que
muchos resultados en salud están muy vinculados con el medio ambiente, y acepte
las medidas necesarias.
¿Cómo se
puede evitar que la crisis económica impacte de forma negativa en la
contaminación atmosférica?
Los sistemas
de vigilancia y control de la calidad del aire de las ciudades, que han servido
para mejorar la salud pública, no deberían verse mermados por falta de
recursos. Además, se debería cuidar el mantenimiento de infraestructuras
industriales, calefacciones, cocinas y parque móvil, ya que si no afectaría
negativamente a las emisiones.
¿La crisis
está provocando que la contaminación afecte más a la salud de los ciudadanos?
Diferentes
estudios describen que las personas de nivel socioeconómico más bajo padecen
más los efectos de la contaminación atmosférica. La EASP ha iniciado un
proyecto para valorar esta relación en el contexto actual de crisis. Por otra
parte, se ha visto que el alto coste sanitario asociado al rápido incremento de
las enfermedades crónicas no transmisibles y al envejecimiento de la población
no puede abordarse solo desde políticas sanitarias. La Evaluación de Impacto en
Salud (EIS) es una herramienta de demostrada eficacia internacional para
abordar este reto. Los responsables políticos de sectores sanitarios y no
sanitarios, además de los directores de grandes proyectos con vinculación al
medio físico, deberían incorporar la EIS con carácter prospectivo en sus
intervenciones. Solo así se podrían optimizar los resultados en salud y
minimizar los posibles impactos negativos, con el consiguiente ahorro
económico.
Principales datos sobre el estudio europeo Aphekom
El estudio
Aphekom ("Mejora del conocimiento y la comunicación para la toma de
decisiones sobre Contaminación Atmosférica y Salud en Europa") estima la
ganancia en salud (en términos de casos de morbi-mortalidad prevenibles o de
años de esperanza de vida media) que se produciría en las ciudades estudiadas
entre 2004 y 2006, si los niveles de contaminación disminuyesen desde las
concentraciones reales a los niveles propuestos por la OMS. Estas estimaciones
se han complementado por estudios de coste-beneficio.
Aphekom se
ha desarrollado entre 2008 y 2011 en 25 ciudades de 12 países europeos sobre
una población de 39 millones de habitantes. El estudio ha ampliado las
metodologías de evaluación de impacto de la contaminación atmosférica en la
salud. También ha proporcionado información actualizada y herramientas
prácticas y fiables para establecer políticas más efectivas frente a la
contaminación atmosférica.
El proyecto,
cofinanciado por el Programa de Acción Comunitaria en el Campo de Salud Pública
de la Comisión Europea (GA 2007105) y las instituciones participantes, fue
liderado por el Instituto Francés para la Vigilancia de la Salud Pública (InVS)
y en él colaboraron 60 científicos y especialistas. Las ciudades españolas
fueron Barcelona, Bilbao, Granada, Málaga, Sevilla y Valencia. Piedad
Martín-Olmedo coordinó la actividad investigadora de las ciudades andaluzas
desde la EASP.
Asimismo, se
analizaron los efectos que las políticas europeas para disminuir el azufre en
los combustibles han tenido sobre las emisiones de dióxido de azufre, además de
la mejora de la salud de los europeos. Por último, un avance innovador ha sido
la estimación a largo plazo del impacto sobre la salud de residir en las
proximidades de calles y vías con una importante densidad de tráfico.
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